Al perderte he perdido parte de mí, sin duda e irremediablemente. Sin embargo, esa parte que deposité en ti, aun con tu renuencia, y que se fue con la esperanza de tenerte en mi vida, no me hace menos yo.
Aprendí algo, no sé bien qué, todavía. Pero sigo siendo, en esencia, el mismo.
Si una naranja se le quita un gajo no deja de ser naranja, lo mismo si le pone sal.
Y disculpa la analogía frutal, mis metáforas y analogías no son las mismas de antes.
Extraño la sensación de pensarte como una posibilidad.
20080220
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
uh Armandis, ahora eres tú quien escribe lo que me pasa, exactito. Quizá hasta nos sucedió el mismo día a los dos. En fin, que yo a diferencia de ti no me animo a escribirlo con todas sus letras, no sea que en una de esas lo lea y pues...
en fin, que yo te quiero mucho!
besos y abrazos
La última línea es la mejor.
Te mando un beso y sabes que estoy contigo amigo.
Publicar un comentario