20091004

Tal vez lo correcto es que te agradezca por lo vivido, aunque efímero. El recuerdo, incendiario, me ha asaltado en días recientes. He callado tu nombre por las mañanas, entre las sábanas, en la ducha de agua fría. Qué tanto de ti es ficción, no lo sé ya. He soportado, en cambio, la apremiante necesidad de ver nuestras fotos. Justo ahora escucho las canciones que oía mientras pensaba en ti hace un par de años. En el congelador sigue lo que compré para ti sin saberlo; en los estantes de la cocina el vaso que te celebra. Me he deshecho de los regalos que te nunca te pude entregar. ¿Hasta cuándo seguiré escribiendo como si me pudieras leer?