20080221

En mi mente abundan los pensamientos del tipo "si hubiera hecho esto así, en vez de esta otra forma, tal vez, tal vez..."; pero sé que son ociosos y en nada me ayudan.

Fuera de eso, pensando en las cosas que pude haber hecho diferente, me topo con mi propia terquedad, dudo que hubiera actuado de otra forma, me lo advirtieron varias personas, y yo, digno, no hice caso.

Puedo pensar que yo mismo te alejé, o que en realidad nunca quisiste acercarte a mí, según me dijiste; aunque según recuerdo, actuabas de otra forma.

Cualquiera de las dos opciones me causa dolor por motivos diferentes. Me duele, además, la imagen que de mí guardaste. Y lo que no fue.

Y las palabras que no me permitiste decirte forman un nudo en la boca del estómago, un nudo vertiginoso que salta cada vez que leo tu nombre o veo una foto tuya (nuestra) o cuando alguien te nombra.

Y decirle a los amigos que no ocurrió lo soñado me duele no por desdecir lo dicho, por desandar los pasos, sino porque cada vez que lo admito se vuelve más y más real.

No hay comentarios: