20091004

Tal vez lo correcto es que te agradezca por lo vivido, aunque efímero. El recuerdo, incendiario, me ha asaltado en días recientes. He callado tu nombre por las mañanas, entre las sábanas, en la ducha de agua fría. Qué tanto de ti es ficción, no lo sé ya. He soportado, en cambio, la apremiante necesidad de ver nuestras fotos. Justo ahora escucho las canciones que oía mientras pensaba en ti hace un par de años. En el congelador sigue lo que compré para ti sin saberlo; en los estantes de la cocina el vaso que te celebra. Me he deshecho de los regalos que te nunca te pude entregar. ¿Hasta cuándo seguiré escribiendo como si me pudieras leer?

20090713

Ejercicio poético con la frase 'te quiero', o probando la paciencia del lector


Te quiero dolorosamente.
Las alas de las mariposas
que habitan mi estómago
son filos de acero lacerantes.
Te quiero tristemente,
con madrugadas de lluvia,
con lunas tímidas y oscuras,
con corredores vacíos,
te quiero con la tiesa,
congelada, palabra
deste lado de los labios,
con el tono palpitante
de un teléfono muerto,
te quiero de día si parece noche
y de noche si parece infierno.
Te quiero con los ojos
y con el sobresalto de la ropa,
te quiero en cabrestantes
en parcelas estiradas cada día,
con poleas y molinetes.
Te quiero con dolor de muelas
y aspavientos entumidos
Te quiero, de aquí hasta el lugar común.
Te quiero contra mi mejor opinión
te quiero contra todos los pronósticos
te quiero, en promedio, cuatro veces
una por cada costado
y por arriba y abajo te quiero
te quiero mas sin en cambio,
te quiero nosotros, los de entonces
ya no somos los mismos te quiero
te quiero comillas te quiero
De hecho, como decía el poeta
te quiero.
Te quiero, regresando al buen camino
de las metáforas como relojito,
con la tristeza condensada
de varios años de sequía.
Te quiero con mi saudade
y mi suavidad, te quiero.
Te quiero, reciclando imágenes,
con el aire de la mañana
preso en tu cabello
con el sorbo temprano de café,
abonada con mis ósculos,
en la batea de una camioneta,
rechinando los dientes, te quiero.
Con lapsus calami,
te queiro, te qiuero, te quireo,
con el azul celetse
con la sonrisa próidga.
CON MAYÚSCULAS
te quiero gritonamente.
Te quiero en letra arial a doce puntos
con espacio y medio,
con comprobante de domicilio
con original y copia
con credencial vigente con foto.
Te quiero a ti y a tu cotorrita,
aunque no sepas qué es,
aunque no conozcas ni a coetzee ni a mí,
quijotescamente,
sanchopancescamente,
te quiero.

20090704

Tal vez no lo sabes
o no estás al corriente
de lo que pasa dentro de ti
como un estanque callado
que rebosante de vida
refleja las nubes del cielo
cual si fuese lo normal
y dentro no pasara nada;
tal vez sólo yo sepa
o finges no saberlo
con tal de verme rechinar las muelas
porque, por alguna razón
te gusta verme rechinando los dientes
apretar las quijadas;
tal vez no lo sabes, pero me amas.
Contra tu voluntad, me amas
piensas en mí sin quererlo
te regocijas en la oculta
manía de saberme tuyo
me esperas en la vuelta de cada esquina
casi me sientes tras de ti
imaginando tus pasos
o me inventas bajando
del camión para saludarte
y en la rutilante pantalla
sonrías hacia dentro
si piensas que entonces
hago lo mismo que tú:
escudriñar la ventana de diálogo
por si adivinas mi mirada
desde el otro extremo
desde otra ventana abierta.
Hace un año que me sabes
prendido de tu recuerdo
con las quijadas cerradas
sobre tu carne toda
los molares perforando
cada viso de tu alma
y sonríes por lo bajo
pero no lo sabes;
basta con que yo lo sepa.
Tal vez un día
decidas regresar a mí
¿quién te esperará más que yo?,
¿quién te guardaá tu lugar
con una fe inamovible?,
¿quién en su huerto tiene
un espacio para tu viña
mejor que el mío?,
¿quién con sus manos ha removido
las piedras angulosas
hasta dejar un nicho
donde crezcas a placer?,
¿quién con sus ósculos
te abonaría toda?
¿quién en sus prados cuida
el pasto más verde
para tu rebaño de gacelas?

20090603

Lluvia

Llueve. Tanto que las capas de aire se espesan y el horizonte oculta con su capa blanca al Pico de Orizaba y al Cofre de Perote. Si no trajera cosas que al mojarse se descomponen (mi ipod, mi teléfono celular, mi libro de Danilo Kis, mi salud...) caminaría bajo la lluvia hasta los dos o tres lugares a los que tengo que ir hoy. Cuando llueve así de fuerte, casi horizontalmente, me mojo las piernas sin remedio, de las rodillas hacia abajo.

Escribo sobre la lluvia, pero a la vez no escribo sobre ella. Escribo sobre la saudade, sobre las ausencias, sobre los planes futuros arruinados y la impotencia de las palabras.

Me he estado durmiendo temprano. Ha habido momentos en mi vida en que dormirme a las 0400 de la mañana era lo más normal, o las 0200, o a las 0130, pero me he estado acostando a las 2300 y caigo en un sopor acuoso, marásmico, pegajoso. Una voz me habla de lo más profundo del cansancio. Creo que no son vitaminas lo que me falta.

De pronto cesa la lluvia. Una extraña luminosidad cruza las capas de aire. Ya no llueve, pero aún llueve.

20090310

Tal vez tu recuerdo con el tiempo se vuelva a amargo; no sé si quiero eso. Sé que no quiero verte. Quiero, pero temo los borbotones de sentimientos. También sé que no seré tu amigo, no podría serlo. Un sueño aclaró eso para mí. Nos encontrábamos al azar. Yo intentaba irme, tú me decías que la que eras antes estaba como encerrada en una coraza y no sé que más, y que te disculpara. Ambos sabíamos que eso no significaba un “empecemos de nuevo”. Entonces yo te dije que nunca sería tu amigo. No recuerdo si te daba la disculpa que pedías. Nunca seremos nada uno del otro. Ahora, con más de un año en medio de nosotros sé que, si para sanar por completo es necesario que tu recuerdo se vuelva odioso, que así sea. Aunque si la decisión fuera mía, y si ello no me lastimara, preferiría quererte siempre.